El libro se articula en torno a una serie de fragmentos, poemas y reflexiones que conforman un universo paralelo donde el lenguaje se convierte en el principal vehículo de exploración. La estructura misma del libro parece orgánica y fluida, como un río que se abre paso entre las rocas y los obstáculos, imitando el flujo incesante de la imaginación. La obra se centra en el deseo de transformación, la metamorfosis, la idea de “convertirse” en algo distinto a lo que uno es. Temas recurrentes incluyen la identificación con objetos, animales y fenómenos naturales, la búsqueda de una conexión profunda con el mundo que nos rodea y la experimentación con el lenguaje como herramienta para explorar nuestra propia identidad. El poeta no se limita a describir estos deseos, sino que los personifica, los dramatiza, los hace palpables a través de un lenguaje vibrante y lleno de imágenes sorprendentes.
Un elemento clave en la construcción del universo poético de «Viajes A Una Fresa» es la relación con los objetos. Los objetos no son simplemente elementos de un entorno, sino que se convierten en extensiones del propio “yo” del poeta, reflejando sus deseos, sus miedos, sus anhelos. La imagen de la “pulga que cabalga a lomos de tu perro” es emblemática de esta relación, símbolo de la voluntad de integrarse en un universo de posibilidades, de abrazar lo pequeño, lo insignificante, para encontrar en él una nueva forma de ser. Asimismo, la solicitud de que «organicen viajes a una fresa» es un llamado a la aventura, a la transgresión, a la búsqueda de experiencias que pueden transformar la percepción del mundo y de uno mismo. El poeta no busca la belleza en lo convencional; la construye en lo inusual, en lo absurdo, en la confluencia de lo ordinario y lo extraordinario.
La estructura narrativa, o más bien, la falta de una estructura tradicional, es fundamental para la comprensión de la obra. «Viajes A Una Fresa» no narra una historia lineal, sino que ofrece una serie de instantes, de sensaciones, de metamorfosis, que se suceden de manera aparentemente aleatoria, pero que, en realidad, están conectados por un hilo invisible de deseo y de anhelo. El lector es invitado a participar en la construcción del significado, a interpretar las imágenes, a hacer suyoos los deseos del poeta. La obra se erige, así, como un invito a la experimentación poética, a la ruptura con las normas y a la exploración de nuevas formas de expresión.
Los poemas más destacados, como «Deseo que organicen viajes a una fresa», representan un llamado a despertar la sensibilidad y a buscar la belleza en lo extraordinario. La solicitud de convertirse en un “meteorito” es una metáfora poderosa de la voluntad de transformación, de abrazar el cambio y de integrarse en un universo de posibilidades. Asimismo, la identificación con objetos como el violín o la caracola no es meramente una invención poética; es una exploración del sentido de identidad, de la conexión con el mundo que nos rodea, y de nuestra capacidad para la transformación. La obra es, en definitiva, un testimonio de la necesidad humana de abrazar la vida con toda su complejidad y de buscar la belleza en los lugares más inesperados.
Opinión Crítica de Viajes A Una Fresa (Premio De Poesia Ciudad De Badajoz)
«Viajes A Una Fresa» es una obra desafiante y requiere del lector una actitud abierta y preparada para dejar de lado la lógica tradicional. No es una poesía que se permite ser interpretada de forma lineal o que se preocupa por la representación realista del mundo. Más bien, es una poesía que busca evocar emociones y sensaciones, que despierta la imaginación y que invita a la reflexión. Su forza radica en su audacia y en su capacidad para proponer nuevas formas de experimentar el lenguaje poético. La obra es una revelación, un impulso a la liberación del racionalismo.
Sin embargo, es importante reconocer que su complejidad puede resultar desafiante para algunos lectores. La ausencia de una estructura narrativa clara y el uso abundante de imágenes surreales pueden generar una sensación de confusión. No está diseñada para ser comprendida de forma fácil; su propósito es invitar al lector a sumergirse en un universo de deseo y de imaginación. A pesar de esto, «Viajes A Una Fresa» es una obra que merece la atención de quienes buscan una poesía innovadora y desafiante. Recomendarla es un acto de fe en el poder transformador de la palabra.
«Viajes A Una Fresa» es, en definitiva, una obra de arte que nos invita a cuestionar nuestras percepciones, a explorar nuestros deseos y a abrazar la libertad creativa. No es una poesía para todos los gustos, pero para aquellos que estén dispuestos a aceptar su desafío, ofrece una experiencia poética única y inolvidable. El libro es un recordatorio de que el lenguaje puede ser una herramienta poderosa para la exploración interna y el autoconocimiento. Es un testamento al deseo de trascendencia, de escape de lo ordinario. Es, en última instancia, un invito a vivir con más intensidad y a buscar la belleza en los lugares más improbables.


