La figura de Séneca tiene 2 caras diferenciadas, la de su vida pública y la de su filosofía y su producción literaria, cuya confrontación más de una vez ha creado disputa en torno a su persona, al enseñar 2 personas bastante diferentes, incluso contradictorias. Fue un hombre prominente bajo los gobiernos de Calígula, Claudio y, más que nada, Nerón, y sus resoluciones políticas a veces se alejaban de lo que inculcaba en sus escritos filosóficos y morales, anotados dentro del estoicismo tardío. La fortuna fué benevolente con la obra de Séneca, de la cual ha pervivido un volumen considerable, más allá de que tengamos noticia de distintos tratados, cartas y poemas que se perdieron. Entre sus proyectos de carácter filosófico se cuentan las Epístolas morales a Lucilio, el conjunto de los Diálogos y otros tratados, como Sobre la clemencia o Sobre los beneficios. Sobre la vida feliz es un diálogo sobre la virtud, sobre el ideal estoico de lograr la felicidad por medio de la virtud, no del exitación. Solo esta es la causa de la felicidad, el bien único. Séneca confecciona un sistema ético original que para difundir en especial con los Diálogos.