Miguel Mihura (1905-1977) rompió con su primera obra, Tres sombreros de copa los moldes del teatro de la primera mitad del siglo XX. Hombre excelente, vividor, dibujante (Gutiérrez), periodista (La Ametralladora y La Codorniz), guionista (¡Bienvenido Mr. Marshall! en colaboración con Berlanga), escritor y dramaturgo, es, antes que nada, un poeta. Así lo ve Antonio Mingote en su increíble prólogo a ámbas obras que hoy publicamos: Melocotón en almíbar y Ninette y un Señor de Murcia. Como en todo el teatro de Mihura, son los personajes femeninos los que animan y sostienen ámbas comedias: la monja sor María, detective apasionada; Nuria, una chavala de vida alegre; Doña Pilar, ama de la casa tontaina y charlatana, o Ninette, prototipo de mujer ideal, libre, alegre, irrefrenada. Con Melocotón en almíbar sátira de las novelas policiacas, consigue Mihura una comedia de suspense pulimentada y trabajada; Ninette y un Señor de Murcia, donde caricaturiza la vida de españa de la época, en su contraste con la parisina, es indudablemente, una de las mejores comedias de su creador. Y, tal vez, desde el punto de la mecánica teatral, la mejor.