El corazón de la historia de “Lo Que Más Me Gusta Son Los Monstruos” reside en el misterioso asesinato de Anka Silverberg, una hermosa y enigmática vecina del piso superior de Karen Reyes. Karen, una peculiar niña de diez años, se ve repentinamente inmersa en la resolución de este crimen, impulsada por su pasión por las películas de terror, el cine de serie B y su fascinación por la iconografía de las gacetas pulp, donde el monstruo se convierte en un símbolo de poder y vulnerabilidad. Para investigar, Karen se construye a sí misma como una niña-lobo vestida de detective, llevando un diario gráfico meticuloso en el que documenta sus observaciones, entrevistas y, sobre todo, sus sueños y fantasías.
La investigación de Karen la lleva a explorar los rincones oscuros de Chicago, un escenario rico en detalles y memorables. A medida que avanza, descubre una red de personajes interconectados, cada uno con sus propios secretos, traumas y motivaciones. El relato se extiende a través de las vidas de su hermano Deeze, inminentemente a punto de ser reclutado en la guerra de Vietnam y atormentado por un secreto del pasado, su madre Marvela, una mujer impredecible que intenta mantener unida a una familia parcialmente disfuncional, Sam Silverberg, el Rápido, un baterista de jazz recién en duelo, y un elenco de personajes secundarios que enriquecen la trama con sus propias historias.
La novela se sumerge en la atmósfera de la década de los sesenta, un período marcado por la guerra de Vietnam, la lucha por los derechos civiles y un creciente optimismo en la cultura popular. Ferris captura con precisión este contexto social y político, utilizando la historia de Karen para explorar temas como la identidad, la memoria, el trauma y la búsqueda de significado en un mundo en constante cambio. El misterio del asesinato de Anka Silverberg actúa como catalizador, obligando a los personajes a enfrentarse a sus propios demonios internos y a cuestionar sus creencias.
El arco narrativo de “Lo Que Más Me Gusta Son Los Monstruos” se construye alrededor de la meticulosa investigación de Karen, pero también se desarrolla en paralelo la historia personal de cada uno de los personajes que la rodean. Karen, a través de sus entradas de diario, no solo nos presenta la investigación del crimen, sino que también expone su visión del mundo, marcada por una profunda sensibilidad y una imaginación desbordante. Su obsesión por los monstruos y las gacetas pulp no es simplemente una afición; es una forma de lidiar con el trauma y la incertidumbre que la rodean, y de encontrar sentido en un mundo que a menudo le parece confuso y amenazante.
La historia de Anka Silverberg, la víctima, se revela gradualmente a través de los recuerdos de Karen y de los testimonios de otros personajes. Descubrimos que Anka era una superviviente del Holocausto, una mujer marcada por el horror y la pérdida, que intentaba vivir una vida normal en Chicago, pero que aún estaba atormentada por su pasado. Su muerte, por lo tanto, se convierte en un símbolo de la violencia y el sufrimiento, pero también de la resistencia y la esperanza.
A medida que la investigación avanza, se revela un entramado de secretos y mentiras que involucra a todos los personajes de la novela. Se descubre que Deeze, el hermano de Karen, está sufriendo de un trastorno de estrés postraumático relacionado con la guerra de Vietnam, que su madre está luchando contra la adicción al alcohol, y que Sam Silverberg, el Rápido, está ocultando una gran deuda que podría llevarlo a la ruina. La verdad sobre el asesinato de Anka Silverberg es mucho más compleja de lo que parece a simple vista, y se revela que está relacionada con un oscuro secreto familiar que ha estado enterrado durante décadas.
Opinión Crítica de Lo Que Más Me Gusta Son Los Monstruos: Un Legado de Melancolía y Observación
“Lo Que Más Me Gusta Son Los Monstruos” es una obra maestra del cómic, una narrativa profundamente conmovedora que explora temas universales con una sensibilidad y una inteligencia excepcionales. Emil Ferris ha creado un mundo vívido y memorable, lleno de personajes complejos y una atmósfera cargada de melancolía. El estilo visual de la novela gráfica es simplemente asombroso, una mezcla de fotorealismo y dibujo a lápiz que captura con precisión la belleza y la oscuridad de Chicago. La cuidadosa selección de colores, la composición de las viñetas y el uso del blanco en blanco y negro contribuyen a crear una atmósfera de suspense y misterio.
La novela destaca por la profundidad psicológica de sus personajes. Karen Reyes es una protagonista inolvidable, una niña inteligente y observadora que nos invita a reflexionar sobre nuestra propia identidad y nuestra relación con el mundo que nos rodea. Ferris ha logrado crear un personaje que es a la vez adorable e inquietante, vulnerable y fuerte, inocente y sabia. La exploración de la memoria, el trauma y la identidad a través de la mirada de Karen es particularmente impactante.
“Lo Que Más Me Gusta Son Los Monstruos” es mucho más que un simple misterio de asesinato. Es una historia sobre la pérdida, el duelo, la redención y la búsqueda de significado en un mundo que a menudo nos desorienta y nos confronta con nuestra propia fragilidad. Se recomienda encarecidamente a todos los que disfruten del arte secuencial, de las narrativas introspectivas y de las historias que nos obligan a cuestionar nuestras propias creencias. Una obra fundamental que consolida la posición de Emil Ferris como uno de los artistas más importantes de su generación.


