2022: AÑO SARAMAGO
¿Y si la gente dejara de morirse?
Una refulgente sátira del Nobel de Literatura que juega con el temor más profundo del humano.
«Sabremos cada vez menos qué es un humano».
Libro de lasPrevisiones
En un país cuyo nombre no será mencionado se genera algo jamás visto desde el comienzo del mundo: la desaparición escoge suspender su trabajo letal, la gente deja de morir. La euforia colectiva se desata, pero prontísimo dará paso a la desesperación y al caos. Sobran los motivos. Si es cierto que las personas ya no mueren, eso no quiere decir que el tiempo haya parado. El destino de los humanos será una vejez eterna.
Se procurarán formas de forzar a la desaparición a matar, se corromperán las conciencias en los «pactos de caballeros» entre el poder político, las mafias y las familias, los ancianos van a ser detestados por haberse convertido en estorbos inamovibles. Hasta el día en que la desaparición, vestida de mujer, regresa para descifrar un enigma, está con un músico, oye un concierto, establece una relación, escucha de nuevo a Bach… Entonces la novela prosigue como prosigue la vida, con sus contradicciones.
Arrancando de una proposición contraria a la prueba de los hechos corrientes, José Saramago desarrolla una narrativa de enorme fecundidad literaria, social y filosófica que sitúa en el centro la perplejidad del humano ante la impostergable finitud de la existencia. Parábola de la corta distancia que separa lo efímero y lo eterno, la historia bien podría terminar como empieza: «Cada día siguiente no murió nadie».
La crítica dijo:
«Saramago regresa comprensible una situación huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía».
Comité Nobel
«Un hombre con una sensibilidad y una capacidad de ver y de entender que están muy sobre lo que en general vemos y entendemos los recurrentes mortales».
Héctor Abad Faciolince
«Saramago es un ejemplo, un estilo dignísimo de vida y literatura, que revela la posibilidad de andar a contracorriente […]. Su palabra tiene el valor de un anticongelante, de un antídoto personal contra los vendavales de cinismo que nos envuelven».
Luis García Montero
«Yo no sé, ni quiero saberlo, de dónde ha sacado Saramago ese diabólico tononarrativo, duro y piadoso a un tiempo, […] que le permite contar tan cerca del corazón y al unísono tan cerca de la historia».
Luis Landero
«Saramago escribe novelas sobre los mitos para desmitificarlos, […] siempre para abordar la verdad que le circunda, para intentar los inconvenientes actuales que son de todos, y para que todo quede claro desde el comienzo».
Rafael Conte,Babelia
«Como Günter Grass o Cees Nooteboom, Saramago intenta enlazar con un público que desborde límites nacionales».
El País