Malcolm Bevingstoke, duque de Haven, ha pasado los tres últimos años en una soledad obligada, pagando el precio de un fallo irrealizable de arreglar y añorando al amor que ha perdido para toda la vida. No obstante, el ducado no espera; el título necesita un heredero, lo que quiere decir que debe ponerse a buscar una esposa. Solo hay un problema, que tiene una… Después de años de exilio, Serafina, duquesa de Haven, vuelve a Londres con un único propósito: recuperar la vida a la que ha renunciado y hallar la alegría, libre ahora del hombre que le rompió el corazón. Haven, acorralado, le proporciona un trato: ella obtendrá su independencia en relación escoja para él a la mujer que pueda reemplazarla como duquesa. El duque solo tiene algunas semanas para recuperar a su esposa, para convencerla de que, a pesar del horrible pasado que distribuyen, se pertenecen el uno al otro, por el hecho de que, para él, todos y cada uno de los días son El día de la duquesa.