«Mudando el lenguaje todo cambia. Pero para ello antes hemos de tomar consciencia del poder de la palabra, la herramienta más poderosa, aquella que nos permite relacionarnos con los demás, aquella que nos permite construir nuestra situación. Tanto poder tiene el lenguaje que establece la forma en la que observamos el planeta e incluso nuestra salud física y mental. La palabra le da forma al pensamiento, de la misma el cuerpo al alma. Es por ello con lo que resulta fácil forjar ideologías, opiniones e incluso sentimientos mediante la palabra. Si en nuestro interior guardamos amor, las expresiones canalizarán amor. Si en nuestro interior, guardamos odio y rencor, las expresiones van a ser reflejo de esto. Marcha igualmente de manera viceversa, si nuestras expresiones son de amor, guardaremos amor en nuestro interior, ya que hay sincronicidad y armonía entre la palabra y la emoción sentida. Una transporta a la otra, y la otra transporta a la una. En este libro el lector encontrará todas las claves para hacer del lenguaje una herramienta que le conceda felicidad y bienestar. Podrá identificar los códigos de palabas que nos hacen daño, para que en el momento en que aflore el lenguaje de la infelicidad seamos conscientes de su presencia y tengamos la posibilidad cambiarlo.»