El águila y la gallina son aquí una metáfora de la condición humana, de las dos dimensiones escenciales de la existencia. La dimensión del enraizamiento, de lo cotidiano, de lo limitado y lo prosaico: la gallina. La dimensión de la apertura, del deseo de lo poetico y de lo sin limites: el águila. La pregunta no puede demorarse más: ¿cómo equilibrar estos dos polos?, ¿cómo lograr que la civilización de la homogeneización no ahogue el águila que llevamos dentro y nos impida volar? Para dar una contestación convincente a esos desafíos, el autor recala en la actualizada cosmología, en la psicología profunda, en la antropología actual, en la ecología, en la espiritualidad y en la mística. El resultado es una reflexión simple y honesta que hace el entusiasmo en la búsqueda de la identidad humana, a traves incluso de sus contradicciones de tipo personal, popular y planetario.