La obra se construye en torno a la historia de Momo, un refugiado palestino de la guerra civil siria conocido por el autor en 2018, y su familia. Sin embargo, la narración se extiende mucho más allá de la experiencia individual, entrelazando la historia personal de Momo con una vasta crónica de eventos históricos y sociales, desde la
de la condición humana, un recordatorio de nuestra responsabilidad ante el sufrimiento ajeno y un llamado a la acción. La obra no se basa en clichés ni en sentimentalismos fáciles, sino que se construye sobre una base de evidencia, de experiencias vividas y de reflexiones profundas.
La fuerza del libro reside en la autenticidad de la narrativa. La voz de Momo, que emerge como un testimonio directo de la realidad, transmite con honestidad y valentía las terribles consecuencias de la guerra, la opresión y la exclusión. La obra no idealiza la situación del refugiado, sino que muestra la crudeza de la experiencia, la desolación del desarraigo y la lucha constante por la supervivencia. La descripción de la tortura y el exilio es particularmente impactante, pero está acompañada de una reflexión sobre la importancia de la memoria y de la justicia. La escritura de De Juan Marcos no busca la espectacularización, sino que se centra en la humanidad compartida entre dos personas, a pesar de las diferencias culturales y de los conflictos históricos.
El libro se distingue por su ambigüedad y su complejidad. No ofrece respuestas fáciles ni soluciones prefabricadas, sino que plantea preguntas difíciles y obliga al lector a reflexionar sobre cuestiones fundamentales, como la culpa, la responsabilidad, la identidad y la memoria. La obra es un recordatorio de que la historia no es solo un relato de hechos, sino también una historia de individuos, de sueños rotos y de esperanzas frustradas. Además, el autor es capaz de crear una atmósfera de realismo crudo y desafortunadamente relevante. La habilidad para describir la vida cotidiana y los aspectos más pequeños de la experiencia de Momo, contribuye al impacto emocional de la novela.
«Desde Que Me Quede Sin Dioses» es una obra que merece ser leída y releída. Es un libro que nos confronta con nuestra propia humanidad y nos invita a actuar en favor de los más vulnerables. La obra de De Juan Marcos no sólo es un testimonio de un sufrimiento individual, sino una inversión en la construcción de una sociedad más justa, más compasiva y más solidaria. Recomendado a todos aquellos que buscan comprender los desafíos del mundo contemporáneo y que no temen al dolor y la verdad.


