Este conmovedor relato de Rosa Hurtas, publicado por Santillana Loqueleo, nos transporta a una historia familiar que, durante décadas, ha permanecido silenciada. “Un Balcon A La Libertad” es mucho más que una novela; es un viaje emocional a través del tiempo, la memoria y la complejidad de las relaciones familiares. La obra, ambientada principalmente en Madrid, explora temas como el secreto, la cobardía, la justicia social y la necesidad de confrontar el pasado, incluso cuando este es doloroso. La narración se construye a través del descubrimiento de una nueva realidad por parte de Elena, una joven que, tras la muerte de su abuelo, se enfrenta a un misterio familiar que la obligará a cuestionar todo lo que creía saber sobre su origen.
El libro, con su prosa delicada y su capacidad para evocar atmósferas, nos invita a reflexionar sobre la importancia de la memoria familiar y sobre la responsabilidad individual y colectiva en la búsqueda de la verdad. La habilidad de Rosa Hurtas para construir personajes complejos y la meticulosa reconstrucción del entorno histórico y social de la España de finales del siglo XX, convierten esta obra en una lectura imprescindible para aquellos que se interesen por las dinámicas familiares y la historia reciente de nuestro país.
La historia se centra en Elena, una joven madrileña que, tras el fallecimiento de su abuelo Liberto Guerra, descubre que no conocía a esta persona y que nadie en su entorno familiar parecía saber nada de él. La noticia, inesperada y perturbadora, se convierte en el detonante de una profunda investigación que la lleva a desentrañar una trama de secretos y silencios. Liberto, un fotógrafo que vivió gran parte de su vida en la Puerta del Sol, un lugar emblemático de reivindicación de la independencia, se revela como una figura compleja y enigmática.
A medida que Elena avanza en su búsqueda, se percibe que la familia Guerra ha evitado hablar de Liberto, creando un ambiente de silencio que ha persistido durante años. La ausencia de información se convierte en un reflejo de una herida abierta, una historia que la familia ha preferido olvidar. La narrativa se enriquece con la descripción de la Puerta del Sol como un punto de encuentro de ideas revolucionarias, un lugar donde la lucha por la libertad y la justicia siempre han tenido un fuerte arraigo. La decisión de Liberto de establecer su hogar allí no es casual; representa su compromiso con estos ideales. La propia Elena, a través de sus entrevistas y de la investigación de documentos, descubre que su tío abuelo fue un testigo privilegiado de los acontecimientos políticos de la época, un fotógrafo que documentó la vida cotidiana de la ciudad y la lucha de sus habitantes.
A medida que Elena profundiza en su investigación, descubre que Liberto, en sus fotografías, capturó momentos cruciales de la historia de España, incluyendo protestas y manifestaciones en apoyo a la República. Esta faceta de su vida le convierte en una figura potencialmente peligrosa para la dictadura franquista, lo que explica, en parte, el silencio que lo rodeó. El libro explora la idea de que, a menudo, el miedo y la cobardía han llevado a las personas a ocultar la verdad, perpetuando así el sufrimiento y la injusticia. La figura de Liberto se convierte en un símbolo de la resistencia silenciosa y de la necesidad de luchar por la verdad, incluso cuando ésta puede ser incómoda o peligrosa. La historia de Liberto es, en esencia, una historia de sacrificio y de valentía, y de la importancia de recordar el pasado para no repetir los errores.
El descubrimiento de la identidad de Liberto Guerra y el silencio que lo rodeó desencadenan en Elena una búsqueda que la lleva a desentrañar la verdad detrás de la desaparición de su tío. A través de testimonios, documentos históricos y la propia investigación, Elena se adentra en la vida de Liberto, descubriendo que él no era simplemente un fotógrafo, sino un activista comprometido con la defensa de los derechos humanos y la libertad de expresión. La narración se construye magistralmente, revelando poco a poco la magnitud del sacrificio que Liberto hizo para proteger a su familia.
La investigación revela que Liberto fue testigo de actos de represión y violencia por parte de los agentes de la dictadura franquista. Ante la amenaza que esto suponía para su familia, optó por alejarse de la política activa, pero su compromiso con la verdad y la justicia no lo abandonó. El libro explora la idea de la
a través de los ojos de Elena, lo que permite al lector conectar de manera más profunda con la historia y con los sentimientos de la protagonista. Sin embargo, es importante destacar que el libro no es una novela de acción, sino más bien un relato de
y que nos recuerda la importancia de no olvidar el pasado.


