Hay una parte esconde en la relación entre padres e hijos…
Proyecciones que los padres ignoran y se niegan a reconocer, aguardando, inconscientemente, a que sus hijos se transformen en una extensión de ellos mismos o a que resuelvan sus frustraciones. Comprender esta parte esconde, entender por qué un hijo puede llegar a ser desesperante o por qué entran ganas de modificarlo, y editar los sentimientos de rechazo y rencor, abre la puerta a un cambio profundo en la relación y al único sentimiento que sana, une y transforma: el amor.