de repente sentimos que nos acompaña a todas y cada una partes. Es una presencia molesta,
asfixiante, que tratamos de evitar a toda costa. Aun intentamos esconderla en el
armario o debajo de la alfombra. Pero quizá, la manera más óptima de enfrentar la tristeza
sea mirarla frente a frente, escucharla, entenderla y abrazarla hasta que se desvanezca.
Eva Eland ha compuesto un precioso álbum de estilo minimalista que nos invita a
hablar con los más pequeños sobre de qué manera gestionar la tristeza
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