Una tribu es cualquier conjunto de individuos, muchas o pocas, conectadas unas a otras, a un líder y a una idea. A lo largo de millones de años el hombre formó una parte de tribus, bien sea por sus opiniones, etnia, ideas políticas o aun por sus gustos musicales. Forma parte de la naturaleza humana.
Ahora que Internet ha eliminado las barreras geográficas, temporales y económicas, los blogs y las redes sociales están ayudando a que las tribus medren y se reproduzcan. Conjuntos de millones de personas unidas por su afición al iPhone, su acompañamiento a Obama o su preocupación por el medio ambiente.
¿Quién va a liderar todas y cada una estas tribus?
La web puede realizar cosas pasmosas pero no puede proveer de liderazgo a las masas que se forman cada día. Es todavía una labor que nos atañe a nosotros. Cualquiera que desee a día de hoy ser un líder, goza de las herramientas para serlo, tiene en sus manos la aptitud de serlo.
Si verdaderamente piensa que el liderazgo es para otros, reflexione sobre esto. Piense en gente como Joel Polsky y su tribu en todo el mundo de refulgentes desarrolladores informáticos. O en Gary Vaynerchuck, un especialista enólogo con devotos seguidores. O en Chris Sharma, que lidera una tribu de montañistas apasionados a escaladas inviábles.
Si deja huír esta oportunidad por liderar, corre el riesgo de convertirse en una oveja más del rebaño, alguien que pelea a toda costa por sostener su status quo, sin preguntarse si la obediencia que profesa le hace algún bien a él o su empresa.
Tribus le va a hacer pensar sobre la ocasiones que ofrece comprender liderar a sus empleados, clientes del servicio, inversores, creyentes, leyentes o simples seguidores. No es sencillo, pero es considerablemente más simple de lo que usted cree.
