La vida de Miguel, un joven de 26 años, cambia radicalmente cuando recibe un diagnóstico devastador: cáncer de páncreas en etapa avanzada. Miguel, estudiante de Derecho en Santiago de Compostela, es un joven brillante, competitivo y, hasta ese momento, aparentemente despreocupado. Su ateísmo, que ha sido una constante en su vida, le ha permitido construir su existencia sobre la lógica y la razón, un pilar fundamental de su identidad. Sin embargo, la enfermedad lo golpea con brutalidad, truncando sus planes y confrontándolo con la sombra más aterradora: la muerte. Tras un tratamiento de quimioterapia que no arroja ningún resultado positivo, los médicos le pronuncian un
de Miguel, en su lucha interna por aceptar la muerte y encontrar un propósito a su vida. La enfermedad es una fuerza omnipresente, pero no es el foco principal de la narración; más importante es el viaje interior de Miguel.
Los tres meses se convierten en un espacio de transformación personal. Miguel, inicialmente desconfiado y distante, aprende a abrirse a los demás, a aceptar el amor y la compasión, y a valorar las pequeñas cosas de la vida. La amistad con Álvaro se consolida, convirtiéndose en una fuente de consuelo y de esperanza. Álvaro, con su sabiduría y su sentido del humor, ayuda a Miguel a ver la vida con más perspectiva y a encontrar la fuerza para seguir adelante. La relación entre ambos se convierte en un elemento clave para la recuperación emocional de Miguel. Además, la figura de los abuelos, con su sabiduría ancestral y su conexión con la tierra, le brinda un sentido de pertenencia y de arraigo. A través de la figura de los abuelos, el lector es testigo de la transmisión de valores y de tradiciones que han perdurado a lo largo de generaciones.
El pazo, como escenario principal, funciona como un microcosmos de la vida y del tiempo. Sus muros, sus jardines y sus recuerdos familiares simbolizan la continuidad de la vida y la importancia de las raíces. La novela, en este sentido, se convierte en un poema a la memoria, un homenaje a las generaciones pasadas y a la conexión entre el pasado y el presente. Miguel se siente atraído por la historia familiar, por los secretos y las leyendas que guardan las paredes del pazo. La relación de Miguel con la tierra de Arosa, con su paisaje agreste y su gente sencilla, le ayuda a encontrar un nuevo sentido a su vida. La novela, en este sentido, se convierte en un canto a la identidad gallega, a su cultura y a sus tradiciones. El final de la novela, aunque inevitable, se presenta con una sensación de paz y de serenidad, como si Miguel hubiera encontrado la forma de abrazar la muerte con valentía y con dignidad.
«Tres Meses» es una lectura imprescindible para aquellos que se sienten atraídos por las novelas que nos invitan a la reflexión sobre la vida y la muerte. La novela es especialmente recomendable para aquellos que se sienten atraídos por la literatura gallega, por su cultura y por su paisaje. La novela es un libro que se queda grabado en la memoria, que nos hace pensar y que nos ayuda a valorar lo que realmente importa. Recomendamos esta novela a aquellos que buscan una lectura profunda y emotiva, que les invite a cuestionar sus propias creencias y a encontrar un sentido a sus vidas.


