Helena no sabe de qué manera sobreviven las familias cuando coinciden todos sus miembros bajo el mismo techo, pero está a puntito de descubrirlo.
Helena, resuelta a casarse en Serralles, el pueblo de todos sus veranos de infancia, vuelve a la vivienda de sus padres para preparar la boda y rencontrarse con sus hermanos y sobrinos. Un lugar sin sorpresas, hasta que Helena tropieza con Marc, un buen amigo al que había perdido de vista durante muchos años, y la vida en el pueblo ya no es tranquila.
Quizás sea el momento de refugiarse en la nueva librería con un té y galletas, o acostumbrarse a los excéntricos alumnos de su madre y a las horribles ausencias. Quizá sea tiempo de respuestas, de cambios y vendimia. Tiempo de dejar atrás todo lastre y aprender al fin a salir volando.