Vuelve David Trueba con una deslumbrante novela generacional sobre el cariño, el desamor, la amistad, el correr del tiempo y las heridas abiertas que deja.
Vuelve David Trueba con una deslumbrante novela generacional sobre el cariño, el desamor, la amistad, el correr del tiempo y las heridas abiertas que deja.
Con el propósito de sepultar a su padre en el pueblo donde nació, Daniel inicia un viaje en un vehículo muy especial, un turismo fúnebre, conducido por un chófer ecuatoriano, pintoresco y charlatán, de la mejor estirpe cómica. ¿Quién es de verdad Dani Mosca? Quizá, como mantiene él mismo, es sólo un tipo que hace canciones, sobre todo canciones de amor. Pero es asimismo el niño que medró en un vecindario humilde; que halló la amistad más profunda de esa manera accidental en que uno encuentra las considerables cosas de la vida; que viajó y gozó de su oficio en la música hasta que la tríada tradicional de los excesos (sexo, drogas y rock and roll) desintegró el conjunto que había formado con sus amigos del alma; y cuya vida se mantuvo en un equilibrio precario pero fuerte entre el deseo y la verdad.
Ésta es una novela que a ratos se lee como una canción. Contiene la visión personal de un tiempo y unos lugares en los que Dani Mosca se edificó una identidad propia a fuerza de ideales y sueños, y asimismo de algunos autoengaños y patrañas. Un viaje profundo y también intenso, sensible y directo, donde se perciben las huellas y las cicatrices del paso del tiempo. David Trueba regresa a desplegar, bajo una composición poderosa y zigzagueante, llevada a cabo de hilos que se entrelazan, su prodigioso pulso narrativo para proyectar una observación aguda y reflexiva sobre las paradojas y las perplejidades que cubren nuestra vida y adentrarse con lucidez en el laberinto de los afectos y los sentimientos. El resultado es un libro deslumbrante en todas y cada una de cuyas páginas palpita la vida.
«Los gadgets habituales de Trueba: diálogos, humor ácido, una lengua literaria que se maneja con envidiable naturalidad y fluidez tanto en la reflexión como en la simulación de las hablas y códigos» (J. Ernesto Ayala-Dip,El País)
«Las novelas de Trueba mezclan el humor y la melancolía, charlan de la familia y la soledad, de los enfrentamientos del amor y el deseo, de la frustración profesional y emocional y la pasión por aprender» (Daniel Gascón,Heraldo de Aragón)
«Trueba asegura que es buen escritor, y que para serlo no se precisa de alharacas. Basta con que te importe lo que cuentas y saber transmitirlo al lector» (J. M. Pozuelo Yvancos,ABC)
«Trueba es un cerebro que sabe mudar el juego milimétricamente, de los que batallan y alcanzan sacar lo mejor de sí» (Eusebi Lahoz,El Periódico)
«Trueba es un narrador de gran talento, dotado de un sentido de la fantasía desbordante con un pellizco de ironía»(Darmstädter Echo)
«Una chispa y un virtuosismo que harán palidecer a más de un narrador» (Augustin Trapenard,Le Magazine littéraire)
«David Trueba es auténtico» (Percival Everett).