El P. María Eugenio nos muestra en esta obra la síntesis de las riquezas doctrinales de los Maestros del Carmelo con la seguridad que da una larga y profunda experiencia contemplativa.
Doctrina práctica que exhibe los caminos de la oración y la contemplación a la que aspiran muchos cristianos en su vida ordinaria. Aporta, así, una enseñanza muy de hoy, que responde al llamamiento a la santidad que el concilio Vaticano II dirige a todos. Santidad que es homónimo de vocación cristiana y misión en la Iglesia.
De hecho, el católico es hijo de Dios y apóstol. Dos movimientos de la felicidad bautismal que están poderosamente puestos de relieve por el P. María Eugenio a lo largo de las etapas del itinerario teresiano seguido en esta obra.