Mujeres fieros, hombres confusos y pequeños hambrientos. El olor a estiércol sigue impregnando el aire y el granero más antiguo del concejo prosigue alzándose victorioso en oposición al río Kalamazoo, pero las tradiciones familiares hace ya tiempo que se han extinguido. Los arados, las trilladoras y las segadoras pueblan el paisaje como osamentas de criaturas antediluvianas. Margo Crane (personaje principal de Érase un río), hace ya tiempo que desapareció y su hija mestiza, Rachel, obsesionada con la leyenda de su antepasada algonquina, la Chica del Maíz, entre huertos y túmulos indios, con su sempiterna carabina del 22 al hombro, va a hacer lo que esté en sus manos para defender el terruño que la vio nacer.