A pesar de que vivimos en la sociedad de la imagen, nadie puede negar la perdurable autoridad de la palabra. La habilidad oratoria, tan que se requiere para docentes, estudiantes, políticos, juristas y profesionales cualificados, no es un don: se consigue con el trabajo, la especialidad y el estudio, en particular de las enseñanzas que proceden del legado grecolatino, cuyos pasajes fundamentales se han reunido en esta obra.
El lector sabrá obtener de las máximas que conformanEl arte de hablar bien y convencer, fruto del favorecido magisterio de Platón, Aristóteles, Cicerón y Quintiliano, consejos de gran herramienta para hablar con buen estilo y buen método, enseñar seguridad en la utilización de la palabra y desplegar los elementos adecuados para convencer a su auditorio, incrementando de esta forma su prestigio y consiguiendo un mayor éxito personal y profesional.