Esta novela nos sumerge en el universo social y cultural, educativo y político de dos países, uno africano y otro europeo, que, a pesar de las numerosas diferencias que les caracterizan, como puede ser la de la diferencia geográfica, tienen bastante en común.En el prólogo de su novela Le Rouge et le Noir, afirmaba Stendhal que una novela una novela es un espéculo que se pasea a lo largo de un camino. La novela como espéculo es una constante estética a partir de la que el escritor lleva a cabo su habilidad de reproducir creativamente el planeta que le rodea. No hay país para negros no es, pues, una excepción. Dirigida hacia el realismo, inclinación estética que manifiesta interés escencial por la observación de todo el mundo, en su triple dimensión biológica, psicológica y social, y su representación en la obra de arte, la presente novela es un puente, un retrato contemporáneo de dos mundos, dos universos, dos sociedades, dos continentes, dos países geográficamente lejanos, uno europeo y otro africano. Esos dos universos tan lejanos y tan diferentes son, pues, los dos puntos de referencias a través de los que Oscar KEM-MEKAH KADZUE ha viajado en el planeta de la creación literaria, partiendo de espacios sociotemporales reales, más allá de que en algunas ocasiones no los nombra explícitamente, y de personajes f