Mysticlandnos sitúa en un cosmos paralelo en el que las Mystical son unas reinas hadas. Una novela sin dependencia con un formato particular, digno de regalo: cartoné y también interior a todo color.
Había una vez un bello reino habitado por hadas, náyades, ninfas y sátiros, y todos y cada uno de los seres feéricos que los sueños humanos han creado nunca. Ese reino se llama Mysticland, y en él, todos viven rodeados de magia y protegidos por sus sabias y poderosas reinas: Nora, Erin, Iris, Hana y Luna.
Había una vez un bello reino habitado por hadas, náyades, ninfas y sátiros, y todos y cada uno de los seres feéricos que los sueños humanos han creado nunca. Ese reino se llama Mysticland, y en él, todos viven rodeados de magia y protegidos por sus sabias y poderosas reinas: Nora, Erin, Iris, Hana y Luna.
Pero ellas no siempre fueron reinas. Hubo un tiempo en el que no eran más que una princesa, una modista, una actriz, una pastelera y un secreto.
Un fatídico día, a lo largo de le banquete de forma anual en el palacio de Mysticland, todos y cada uno de los convidados cayeron en un profundo sueño y despertaron convertidos en pesadillas; todos menos Nora, Erin, Iris, Hana y Luna.
Para evitar ser señaladas como las responsables de lo sucedido, las cinco escaparon de palacio, dispuestas a solucionar la enigmática maldición que arrasaba su reino, aunque para esto tuviesen que internarse en sus Tierras Prohibidas y confrontar a riesgos que pensaban que no existían alén de las leyendas. Y de este modo, precisamente, es como empezó la suya.
