Willy Loman trabajó como viajante de comercio durante toda su historia para hallar lo que cualquier hombre quiere: obtener una vivienda, educar a sus hijos, ofrecerle una vida digna a su mujer. Tiene sesenta años, y está extenuado; solicita un aumento de sueldo, pero se lo niegan y termina siendo despedido por su bien, ya que por el momento no rinde en su trabajo como antes. Todo semeja desmoronarse: no va a poder abonar la hipoteca de la vivienda y, para colmo, sus dos hijos no hacen nada de beneficio. ¿No se ha sacrificado él siempre a fin de que estudiaran y se colocaran bien? A medida que avanzan las horas, la avalancha de inconvenientes medra de modo imparable, pero Willy vive otra situación, en otro mundo: ¡ha soñado con tantas cosas!… Ha sido un especial trabajador, un especial padre y marido: ¿dónde está el fallo?, ¿en él o en el resto?