Por primera vez, entre los videntes relata en primera persona de qué manera vivió esos primeros momentos y el encontronazo sobre su entorno mucho más directo e incluso sobre la situación política. Los videntes fueron considerados «enemigos del Estado» por el régimen comunista, que no ha podido impedir no obstante la difusión mundial de los mensajes y la afluencia de peregrinos.
Mirjana destapa hechos y situaciones hasta ahora extraños sobre ella misma y sobre las apariciones, como una parte de la misión concreta que la fué confiada: rezar por los no fieles.