Deseaba ser impecable. Deseaba estar delgada. Pero también quería comer sin medida. El resultado: bulimia inquieta. Tan peligrosa como la anorexia inquieta, y con tantas semejanzas, que en ocasiones es difícil distinguir cuándo termina una patología y cuándo empieza la otra.Durante años, he llevado una»doble vida», escondiendo sobre todas las cosas mi inconveniente con la comida: los grandes atracones solitarios y las peligrosas purgas posteriores para eludir engordar.A pesar de mis grandes fluctuaciones de peso, depresiones, sentimientos de soledad, miedo y vergüenza, mis ganas de vivir han podido mucho más que la patología. Durante exactamente la misma y de mi recuperación aprendí muchas cosas. Sobre todo, que no debo ser impecable, y que no estoy sola.Cada vez somos mucho más las muchachas y mujeres que, inseguras frente nuestra imagen y intentando encontrar la perfección, caemos en comportamientos auto-destructores así como la bulimia y la anorexia.Siendo este un inconveniente creciente y muy grave, del que se habla y se sabe poco, he amado, a través de este libro, comunicar mi experiencia con las mujeres que siguen tolerando en silencio, con sus mamás, hermanas, amigas, con sus novios, maridos, hijos… Para que comprendan mejor lo que les pasa, para que procuren ayuda, y, sobre todo para ofrecerles la esperanza de saber que, si verdaderamente quieren, se tienen la posibilidad de recobrar.