El libro, compuesto por más de un centenar de poemas, es una muestra del profundo impacto que los atentados del 11 de marzo tuvieron en la sensibilidad española. Eduardo Jordá, a través de su curaduría, seleccionó una obra diversa que abarca desde la expresión directa del horror y el dolor, hasta reflexiones sobre la vida, la muerte, la memoria y la esperanza. Se observan diferentes estilos y temáticas, reflejando la pluralidad de voces y la complejidad de los sentimientos que surgieron en aquellos días. Los poemas no se limitan a describir los hechos, sino que exploran las emociones, los recuerdos, las dudas y las preguntas que surgieron en la conciencia colectiva.
La estructura del libro, aunque no se organiza cronológicamente, permite a los lectores explorar la diversidad de perspectivas. Se encuentran poemas de
que debe ser valorado.
Sin embargo, el libro no es perfecto. La gran cantidad de poemas, aunque demuestra la amplitud del interés y la participación, puede resultar algo abrumadora para el lector. Podría beneficiarse de una mayor organización temática o cronológica, para facilitar la lectura. No obstante, la diversidad de estilos y perspectivas es precisamente lo que hace que el libro sea tan valioso. La intención de documentar un momento histórico y la inclusión de voces diversas son elementos claves en el éxito de la iniciativa. Se recomienda leerlo con paciencia y abrirse a la diversidad de emociones que suscita. Es una obra que requiere una lectura atenta y reflexiva, pero que, al final, ofrece una experiencia enriquecedora y significativa. Las ventas del libro serán importantes para la Fundación Víctimas del Terrorismo, pero más allá de la ayuda económica, este libro representa un gesto de solidaridad y recuerdo que debe ser recordado y valorado por las generaciones futuras.


