Este artículo se sumerge en el universo literario de Karmele Jaijo, y en particular, en su novela «Las Manos de Mi Madre», una obra que explora la fragilidad del tiempo, la memoria y el poder del pasado para definir nuestro presente. La obra, publicada por Tarttalo, es una experiencia visceral y conmovedora, que nos confronta con las consecuencias del silencio, las sombras del dolor y la búsqueda de una identidad en medio de un laberinto de recuerdos. Con una prosa meticulosa y una narrativa que se construye como un rompecabezas fragmentado, Jaijo nos ofrece un retrato de una mujer al borde del olvido, y a través de ella, una reflexión profunda sobre la condición humana.
«Las Manos de Mi Madre» es una novela que se instala en la mente del lector de forma casi física. La obra no se trata simplemente de contar una historia, sino de construir una atmósfera de incertidumbre y melancolía, un espacio donde la verdad se diluye y la percepción se vuelve subjetiva. La fuerza de la novela reside en su capacidad para evocar emociones intensas, para hacernos sentir la angustia de Nerea, su desorientación, su deseo de comprender su propia historia y la de su madre. Es una lectura que exige paciencia, pero que recompensa al lector con una experiencia literaria inolvidable.
La novela se centra en Nerea, una mujer que, a causa de una enfermedad neurodegenerativa, se encuentra atrapada en un estado de desorientación, su memoria desmoronándose. Lleva días, quizás semanas, en una habitación de hospital, su única compañía es la de su madre, que permanece inmovilizada en la cama, con las manos delicadamente posadas sobre las sábanas, como si fueran un ancla en un mar de confusión. Nerea, en este estado, no puede conectar con el presente de forma coherente. La historia que conocemos, la vida de Nerea y su marido, Iban, y la de su hija, Ane, parece desmoronarse a su alrededor, reduciéndose a un hilo fino, un pasado que se desvanece sin dejar rastro.
La novela es construida a través de fragmentos, recuerdos y testimonios que Nerea intenta reconstruir, pero que constantemente se ven interrumpidos por la confusión de su mente. Estos fragmentos revelan una historia compleja y dolorosa, marcada por una relación disfuncional entre madre e hija, por un matrimonio en crisis y por el impacto de un accidente que cambió la vida de Nerea para siempre. La historia de Nerea transcurre sobre un “fino alambre, ” una línea casi invisible que la separa de la realidad, obligándola a cuestionar su propia identidad y el sentido de su existencia. El trabajo que realiza Nerea, un empleo repetitivo y deshumanizante, contribuye a su sensación de alienación y a la percepción de que su vida se ha reducido a una mera supervivencia.
Pero la novela va más allá de la simple narrativa de una mujer en el declive de su memoria. A medida que Nerea intenta, con desesperación, aferrarse a los recuerdos, se revela que los “espectros del pasado” están a punto de avizorarle. Estos no son solo recuerdos personales, sino también los de las personas que la rodean, las heridas no sanadas, los secretos enterrados. La presencia fantasmagórica de personajes del pasado, como el padre de Nerea, Iban, y Ane, añaden una capa de complejidad y dramatismo a la historia. La novela explora la idea de que el pasado no es algo que se puede olvidar, sino que siempre está presente, moldeando nuestro presente y condicionando nuestro futuro. Además, la figura de Iban, el marido de Nerea, es particularmente importante. El lector se percata de una relación marcada por la comunicación limitada y la falta de entendimiento, que contribuyen al aislamiento y la desorientación de Nerea.
El relato principal se centra en la lucha de Nerea por dar sentido a su vida, mientras intenta comprender los eventos que han moldeado su destino. Su desorientación constante la obliga a cuestionar todo lo que creía saber sobre sí misma, sobre su familia y sobre el mundo que la rodea. Nerea se siente atrapada en un bucle temporal, reviviendo momentos del pasado y tratando de encontrar una explicación lógica a los sucesos que la han marcado. Estos esfuerzos de reconstrucción se ven obstaculizados por su propia falta de memoria y por la resistencia del pasado a ser completamente olvidado.
La novela presenta una estructura narrativa poco convencional, que se apoya en el principio de la “memoria selectiva, ” donde los recuerdos se distorsionan y se filtran a través de la subjetividad del narrador. Los fragmentos narrativos alternan entre la perspectiva de Nerea y los testimonios de Ane y Iban, quienes ofrecen diferentes versiones de los acontecimientos. Esta estructura multiplica las ambigüedades y permite al lector formar su propia interpretación de la historia. A medida que avanza la novela, se revela que el accidente que marcó la vida de Nerea no fue un incidente fortuito, sino el resultado de una serie de decisiones y acciones que estuvieron marcadas por la manipulación y el engaño.
El simbolismo de las “manos de su madre” es central en la novela. Representan la conexión física y emocional que une a Nerea y a su madre, pero también la fragilidad y la vulnerabilidad de la memoria. Las manos, imposibilitadas de moverse, simbolizan la incapacidad de Nerea para interactuar con el mundo y para controlar su propio destino. Además, el uso de la metáfora del hospital como un espacio de aislamiento y desorientación, es otro elemento fundamental en la novela. El hospital, lejos de ser un lugar de curación y recuperación, se convierte en una prisión para Nerea, donde se encuentra atrapada en un estado de limbo, incapaz de escapar de sus propios recuerdos y de su propia desorientación. La novela también explora temas como el silencio, la culpa y la redención. La falta de comunicación entre los personajes, la carga del pasado y la búsqueda de un significado en medio del sufrimiento, son elementos que contribuyen a la complejidad y a la emotividad de la obra.
Opinión Crítica de Las Manos De Mi Madre
«Las Manos de Mi Madre» es una obra maestra de la narrativa contemporánea, una novela que se lee con una intensidad y una profundidad inusuales. Karmele Jaijo demuestra una maestría excepcional en la construcción de personajes y en el manejo de la estructura narrativa. La novela está escrita con una prosa exquisita, que evoca con precisión los matices del dolor, la desesperación y la esperanza. La atención al detalle es admirable, y el lector se siente casi como si estuviera presenciando la vida de Nerea en tiempo real.
La novela es, en gran medida, un estudio sobre la memoria y la identidad. Jaijo nos recuerda que la memoria no es un archivo perfecto, sino un proceso subjetivo y fragmentado, que está moldeado por nuestras emociones y por nuestras relaciones con los demás. La desorientación de Nerea es un reflejo de la dificultad que tenemos todos de reconstruir nuestro pasado y de darle sentido a nuestras vidas. A pesar de su tono sombrío y a veces pesimista, la novela también ofrece un mensaje de esperanza. La búsqueda de Nerea por recuperar su identidad, por encontrar un significado en sus recuerdos y por establecer una conexión con su hija, es un testimonio de la fuerza del espíritu humano.
Si bien la novela es compleja y requiere una lectura atenta, está altamente recomendada a aquellos que aprecien la narrativa introspectiva y la exploración de temas profundos. Es una obra que puede resultar desafiante, pero que también recompensa al lector con una experiencia literaria intensa y memorable. El uso de la primera persona narrativa es particularmente eficaz, ya que permite al lector acceder directamente a la mente de Nerea y experimentar sus emociones y pensamientos de primera mano. Además, la novela está brillantemente construida, con una estructura narrativa que se vuelve cada vez más intrincada a medida que avanza la historia. Sin embargo, es importante señalar que la novela puede ser emocionalmente agotadora, ya que aborda temas delicados como la enfermedad, la pérdida y el dolor. A pesar de esto, «Las Manos de Mi Madre» es una obra que permanecerá en la memoria del lector mucho después de haberla terminado de leer. Es una novela que invita a la reflexión sobre la condición humana y que nos recuerda la importancia de valorar los momentos que tenemos con nuestros seres queridos.


