La historia gira en torno a un joven llamado Salty, un niño bastante ordinario en apariencia, pero que se encuentra inmerso en una conspiración de proporciones cósmicas. Salty vive con su abuela, una mujer de carácter fuerte y un pasado envuelto en secretos. Una noche, cuando Salty está a punto de salir con sus amigos, su abuela le revela una terrible verdad: las brujas no son solo leyendas infantiles, sino una amenaza real que se ha extendido por todo el planeta.
Estas brujas, que llevan siglos planeando su obra, se reúnen anualmente en una convención secreta, un evento que sirve como la oportunidad perfecta para llevar a cabo su plan final: la aniquilación de todos los niños del mundo. La amenaza es palpable, una oscura conspiración orquestada por un colectivo de seres malvados que encarnan el mal absoluto. Cada bruja, vestida con un disfraz de señora corriente, es un agente de destrucción, una amenaza latente que acecha en cada rincón del mundo.
La abuela de Salty, quien posee un conocimiento ancestral sobre las brujas y sus costumbres, ha estado vigilando y preparándose para este día. Ella, con una inteligencia y una determinación inquebrantables, ha estado trabajando en secreto, buscando una forma de detener a las brujas antes de que sean demasiado tarde. Ha creado un artefacto, un ratonizador mágico, que representa la clave para derrotar al enemigo. Salty, a pesar de su inicial incredulidad y temor, pronto se convierte en el aliado crucial de su abuela, comprendiendo la gravedad de la situación y abrazando su papel en la batalla contra la amenaza.
La planificación de las brujas se basa en siglos de meticulosa organización y en la búsqueda del momento perfecto para llevar a cabo su plan. Se han encargado de infiltrarse en las sociedades más importantes, de corromper las leyes y de sembrar el caos. Su objetivo es crear un mundo donde los niños no tengan futuro, donde la esperanza y la alegría sean erradicadas. La amenaza se siente con una fuerza inusitada en la atmósfera, y la abuela Salty ha reunido un equipo para luchar contra esta amenaza.
El relato se centra en la desesperada carrera contra el tiempo que emprende Salty y su abuela para frustrar los planes de las brujas. La abuela, utilizando su ratonizador mágico, se propaga por toda la tierra, manipulando a los ratones, que se convierten en pequeños soldados para la guerra contra las brujas. Con cada rata liberada, la amenaza se reduce, disminuyendo la eficacia de las brujas. Salty, inicialmente asustado y desorientado, aprende a usar el ratonizador y, gracias a la guía de su abuela, se convierte en un instrumento clave en la lucha.
El encuentro con las brujas se produce en su propia casa, lo que aumenta la tensión y el dramatismo. Las brujas, al ser sorprendidas, revelan su verdadera naturaleza y su sed de venganza. Se revela que las brujas no solo son malvadas, sino también terriblemente inteligentes y despiadadas. Utilizan todos los medios a su disposición para intentar detener a Salty y a su abuela, incluyendo trampas, emboscadas y una brutal manipulación psicológica.
A pesar de su poder, las brujas están vulnerables a la astucia y la inteligencia de Salty y su abuela. Su conocimiento ancestral sobre las brujas les permite anticiparse a los movimientos de las brujas y elaborar estrategias para contrarrestar sus ataques. La clave para la victoria reside en la capacidad de Salty para entender el funcionamiento de la magia y de la mente de las brujas. Su escépticismo, al principio un obstáculo, se transforma en un poderoso arma.
El final de la historia es tanto satisfactorio como inquietante. Las brujas son derrotadas, pero la experiencia deja a Salty y a su abuela con una profunda comprensión de la maldad y la importancia de la vigilancia. La historia termina con un guiño a la posibilidad de que las brujas puedan regresar algún día, instando al lector a la importancia de estar siempre alerta y de defender lo que es correcto.
Opinión Crítica de Las Brujas (3ª Ed.): Una Lección de Valentía y Astucia
Roald Dahl, con «Las Brujas», crea una historia que va más allá del mero cuento de terror. Es una celebración del ingenio, la valentía y el amor familiar. La historia es atractiva por su ritmo ágil, sus personajes memorables y su trama llena de suspense, pero su verdadero valor radica en su mensaje subyacente: que incluso los niños más pequeños pueden ser capaces de enfrentarse a las fuerzas del mal, siempre que tengan valentía y astucia. El libro es un claro ejemplo de cómo Dahl, utilizando un lenguaje accesible y humor negro, puede abordar temas complejos y generar una reflexión profunda en los lectores.
La caracterización de la abuela Salty es, sin duda, uno de los puntos fuertes del libro. Es una figura poderosa, independiente y determinada, que personifica la sabiduría ancestral y el amor incondicional. Su rol no es solo el de protector, sino también el de mentor y guía para su nieto. El desarrollo de la relación entre Salty y su abuela es el corazón de la historia, transmitiendo un mensaje sobre la importancia de aprender de los mayores y de valorar la transmisión de conocimientos y valores.
Aunque la historia puede resultar un poco oscura y perturbadora para los niños más pequeños, es importante reconocer que Dahl utiliza el terror como un medio para explorar temas importantes, como la lucha entre el bien y el mal, la importancia de la familia y la necesidad de defender lo que es justo. El libro es, en última instancia, un cuento de esperanza y resiliencia, que anima a los lectores a no rendirse ante la adversidad y a defender sus valores. Se recomienda «Las Brujas» como una lectura obligada para niños mayores de 8 años, y como una excelente opción para compartirla con niños más pequeños, siempre acompañado de una conversación sobre los temas que aborda la historia.


