Gabriel Allon está con su familia en unas prudentes y muy primordiales vacaciones en Venecia. La tranquilidad acaba cuando el Papa Pablo VII muere de improviso y el leal secretario privado del Santurrón Padre, el arzobispo Luigi Donati, convoca a Gabriel a Roma. Mil millones de católicos fueron informados que el papa está muerto de un ataque al corazón. No obstante, Donati tiene dos buenas razones para pensar que ha sido asesinado. La primera que el guardia suizo que guardaba las estancias pontificias esa noche ha desaparecido. La segunda la carta que el Santurrón Padre estaba escribiendo esa noche durante las últimas horas de su historia apuntada a Gabriel.
«Mientras que investigaba en los archivos secretos del Vaticano, hallé un libro más que sorprendente » El libro es un Testamento suprimido hace mucho, un Testamento que cuestiona la precisión de la imagen que el Nuevo Testamento da de entre los eventos más portentosos de la crónica de la raza humana. Solo por esa razón, la Orden de Santa Elena -una oscura sociedad católica con lazos con la extrema derecha europea- no se detendrá frente nada para evitar que caiga en las manos de Gabriel mientras conspiran para hacerse con las riendas del trono de San Pedro. Y esto solo es el principio.
Mientras que los cardenales se marchan reuniendo en Roma para el Cónclave, Gabriel comienza una desesperada investí-gación para recabar pruebas de la conspiración de la Orden y para localizar un largo tiempo perdido Testa-mento que podría terminar a dos mil años de odio mortal. Su búsqueda le llevara desde el Puente Vecchio en Florencia a un monasterio en Asis pasando por las profundidades de los Ficheros Misterios del Vaticano y finalmente la capilla Sixtina, donde va a ser testigo del sagrado traspaso de las llaves de San Pedro a un nuevo pontífice, algo que jamás antes absolutamente nadie había visto fuera del colegio cardenalicio.
La Orden sostendrá atrapados a los lectores con su ritmo y su distinción desde su inicio hasta un final que quita la respiración. Es una novela de amistad y fe en un mundo peligroso y lleno de incertidumbres. Es la última prueba de que Daniel Silva es el más destacable escritor de suspense internacional de su generación.