Hércules Poirot nunca habría pensado tener que visitar al dentista dos veces en un día. La causa de la segunda visita fue, no obstante, bien distinto al de la primera. El famoso detective asiste esta vez para investigar el ámbito de un aparente suicido, el del dentista, cuyo cuerpo ha sido hallado en la consulta.
¿Por qué razón decidiría un dentista de éxito acabar con su historia en medio de una jornada? ¿Cuál es la relación de entre los pacientes del doctor con su muerte? Le corresponde a Poirot llegar en el fondo de la cuestión.
«Una trama ágil de suspense ininterrumpido que concluye con un final absolutamente sorprendente.» New York Times (1941)