¿Qué harías si una esfinge mágica pudiese revelarte el día y la hora de tu muerte? ¿Te atreverías a consultárselos? Y si te afirmara que ibas a morir la próxima semana, ¿qué harías en tu última semana de vida? Quisiera que jamás debas hacer frente a una situación como esta, pero, en cualquier caso, el tema de la desaparición siempre estuvo que se encuentra en la vida de los seres humanos, hasta el punto de que muchos de los enormes pensadores lo han considerado el problema más esencial, lo que mucho más nos define: somos seres siendo conscientes de que vamos a morir. Pero no sólo nos preocupa la desaparición, sino más bien también el envejecimiento, pues en la vejez observamos el destino inexorable que nos lleva a la desaparición, el agotamiento de nuestra energía escencial y de las ganas de seguir viviendo.