Alejo Zarza tiene manos pequeñas, de pequeña, pero diligentes y fuertes manos de ratero. Sus andanzas por el La capital española del siglo XIX nos llevan a un mundo irreconocible: la vida de los ladrones expertos. Pero un día se cruza en su sendero el enigmático Sebastián Dax y así descubrirá el horrible poder de la venganza, el amargo sabor de la traición.
La historia prosigue el relato de Zarza, un ladrón de las calles de La capital española, a fines del siglo XIX. Hablamos de un chico muy solitario. Con un fantástico detalle descriptivo, conocemos sus andanzas como ladrón, su evolución de pequeñas pillerías hasta la integración en un conjunto de carteristas. Finalmente, asistimos a la llegada de Alejo a la mansión Dax para formar parte de un conjunto de jóvenes de talento, a los que el millonario Sebastián Dax paga una formidable educación. No obstante, poco a poco entendemos que tras la apariencia filantrópica se oculta algún género de intención esconde. Alejo nos adelanta que su amor por una de las condiscípulas, Raquel, desencadenará su desgracia, y que él mismo acabará por dar muerte a Dax.