En esta novela, la primera que publicó, ya están presentes sus temas y actitudes favotiras. Tras la parte inicial, reflejo autobiográfico de su niñez desamparada, el relato discurre en Londres, África y la India.Su personaje central es el pintor Dick Heldar. Enviado especial como dibujante por una agencia de prensa -las artes gráficas aún no contaban con la fotografía-, conquista el éxito con sus dibujos del natural de la campaña del Sudán. De vuelta en la metrópoli, cuando dará comienzo a un cuadro que va a ser su obra maestra, empieza a perder la vista como producto de una herida de guerra.
La parte de la narración animada por los colegas cronistas de Dick, una cuadrilla jaranera y amistosa, contrasta con la vigorosa descripción posterior de la catástrofe del pintor que se queda ciego. Es una historia de sufrimiento e infortunio, pero asimismo de amor y aventura. Intervienen en ella dos individuos femeninos: la ex compañera de internado, recuerdo de una infancia infeliz, y una modelo que posa para el pintor, mujer mortal que parece conseguir el poder de él y conducirlo a la destrucción. Hace aparición además en esta novela, acaso por vez primera en la literatura, la extraña fraternidad de los corresponsales de guerra.