Lola Brau tiene una situación social elevada y un dilatado matrimonio que va haciendo aguas. Siempre y en todo momento se sintió una mujer segura de sí, de mano férrea, lo que la ha llevado a labrarse con el paso del tiempo una carrera profesional inigualable, convirtiéndose en una fiscal de prestigio y reconocida por sus compañeros. Una noche recibe una llamada que cambiará el curso de su vida. David Burgos, su marido, lúcida en una casa ajena. Al lado de él está el cuerpo sin vida de una mujer cubierto de sangre. Todos y cada uno de los indicios apuntan a que el esposo de la fiscal es el asesino. La investigación se da por clausurada. Pero, ¿Y si nada es lo que semeja? Brau tendrá que enfrentarse a un problema: mantener su fe en los procedimientos judiciales o opinar en la inocencia de su marido. Seleccionar entre la lealtad hacia una profesión que ama o luchar por las cenizas de un amor que parecía consumido. Con todo en contra, la fiscal, con la ayuda de un detective que la detesta y de un letrado que apuesta por la inocencia de Burgos, empezará una carrera vertiginosa para sacar la realidad a flote.