El inspector gallego Martín Brétema ha sido movido a Zamora, una capital apacible, donde se dispone a empezar una nueva vida sentimental junto a Adriana; una muchacha periodista que ha conocido en el lapso de una investigación anterior. Todo evoluciona a un ritmo acompasado en la vida del inspector, que procura cerrar su etapa anterior sin bastante éxito, hasta el momento en que la apacible capital del Duero se despierta con la novedad del brutal asesinato de una muchacha. Mientras que el Conjunto de Homicidios se esmera en ofrecer cuanto antes con el culpable, la prensa logra realizar pública información importante sobre el caso. Brétema, que por su relación con la periodista que firma los productos será tomado como el culpable de las infiltraciones, deberá tomar una serie de resoluciones que lo terminarán comprometiendo poco a poco más en su vida profesional y personal. Nada de todo esto ayudará a tranquilizar a una población poco acostumbrada a este género de sucesos en sus calles, y que en los últimos días se convirtió en un hervidero de protesta social para procurar socorrer un viejo edificio modernista de la piqueta especulativa y de la corrupción política local. Eduardo Fernán-López ha compuesto una novela policial con un ritmo vertiginoso donde los diferentes hilos narrativos tejen una red de la que resulta muy difícil desprenderse.