Laura Callaway sale a pasear todos y cada uno de los días por la playa, en la costa de Cornualles, una región conocida por los muchos naufragios que allí se generan y por los pocos sobrevivientes que quedan. Ella misma, que es huérfana y vive con su tío, un párroco casado con una mujer a la que poco importa, se siente como un náufrago, pues es huérfana y esa casa no es su hogar. Toda vez que se produce un naufragio, muchos se acercan a ver si hallan algo de valor, al paso que ella busca pistas de los fallecidos, escribe a sus parientes y les devuelve sus efectos personales. No obstante, lo que se encuentra un día es a un hombre tendido en la arena. Lo recoge y, entre una vecina y ella, se encargan de él. Está herido, pero lo más extraño es que una de sus lesiones es una puñalada. Cuando el hombre despierta, charla muy bien, de una manera muy educado, pero tiene un acento extraño. ¿Quién va a ser? Según pasa el tiempo, todo apunta a que hablamos de alguien arriesgado. Pero la atracción medra entre ellos y
¿Será Laura capaz de revelar su identidad, lo sucedido y encontrar el amor que siempre y en todo momento ha buscado?