Un entretenidísimo ejercicio de erudición cinematográfica, literaria y, de qué manera no, científica, a través de las principales leyes de la ciencia aplicadas a las obras maestras de la ciencia ficción.
En un famoso episodio de Star Trek asistimos a una inusual partida de póker entre el androide Data y los hologramas de Albert Einstein, Isaac Newton y Stephen Hawking, el único que, ha podido interpretarse a sí mismo. Como en la serie, en este libro comparten protagonismo ilustres científicos con personajes tan especiales como Darth Vader, E.T., Spiderman o Godzilla.
Nos planteamos si son posibles las acrobáticas zapatetas del Halcón Milenario, las carreras supersónicas de Flash Gordon o los fenómenos temporales que se generan en Miller, el mundo que aparece en el largo Interstellar. La ciencia ficción, aparte de ser un interesante entretenimiento, es una forma idónea de estudiar las leyes de la ciencia, aunque solo sea por la proporción de veces que no las respetan los guionistas de Hollywood.