La primera era un bolso rosa y refulgente que, aunque no era muy de bruja, le gustaba un montón y lo lucía con orgullo toda vez que salía a la calle.
Y la segunda cosa que no acababa de cuadrar era el tema de las mascotas. Sus amigas, las otras brujas, tenían una o dos, además de esto siempre estaban hablando de ellas?
Conque Pampurrias, varita en mano, decidió crear su mascota ideal.
Tras varios intentos y encontrándole pegas a todo cuanto aparecía, estaba decidida a volver a su vida de bruja solitaria en el momento en que un día, volando sobre su escoba, vio un huevo al costado del sendero.
¿Qué va a haber en el huevo enigmático?¿Un dragón?¿Un Búho?¿Un halcón? ¿O tal vez un cuervo?