Un implacable asesino siembra la ciudad de cadáveres dejando un naipe sobre el cuerpo de sus víctimas. En el momento en que la policía de la comisaría de Leganitos ha agotado sus elementos, y además hay naipes de por medio, acude a Julio Cabria, detective y ludópata, superviviente por igual del juego y de la calle. En un La capital española de timbas secretas, curas que intercambian información por cocaína, policías con problemas y policías que son un problema, apariciones demoníacas y peligrosos secretos escondidos en chalets de la sierra de Guadarrama, Cabria se encarará a un nuevo golpe de mala suerte en su ahora maltrecha biografía; un caso endiabladamente enredado cuyos hilos, a medida que tira de ellos, semejan ceñirse cada vez más en torno a su propio cuello.