Desde hace tiempo, el erotismo, la sensualidad y el sexo generaron apasionadas discusiones entre médicos, pensadores y religiosos medievales que procuraban hallar el secreto de la fecundación y del esperma femenino. Como resultado, brotaron varias teorías filosóficas, teológicas y médicas sobre la sexualidad que dieron sitio a mitos y supersticiones que perviven hasta nuestros días. Se desconocen varios aspectos de todo el mundo erótico y amatorio de la Edad Media, una época extendida, dura y interesante, en la que llegaron a convivir la ciencia y la magia, la visión apocalíptica y el amor por la vida, el temor al delito carnal y el erotismo exacerbado. Fue en esta época cuando surgió una nueva forma de amor: el amor cortés, que derivó en amor heroico o melancolía erótica. Los médicos llegaron a identificarlo como un mal y lo trataron con medicina mezclada, a base de antídotos árabes, filtros y hechizos, fármacos y quimioterapia. En este marco, pronto brotaron múltiples discusiones sobre la procreación, la lujuria y la sexualidad que generaron atrayentes litigios, demandas y debates cerca de la mujer. Bastante de lo que se discutió quedó plasmado en diferentes contenidos escritos como el Codex Vindobonensis, el Canon de Avicena, el Tratado de la fascinación o De Coitu.. Hechos tan naturales como la regla, la masturbación, el deseo sexual, la fecundación causaban desconcierto y perplejidad no solo en la Iglesia, sino también en los mucho más acuciosos médicos y pensadores medievales. Así, en una época comúnmente conocida como obscura, el ansia de conocimiento los indujo a explorar los mecanismos y las leyes de la libido y la sexualidad tanto humana como animal.