El primer libro que postula en la Argentina un estilo ateo de vivir. Un
comienzo alterno y apreciado para todos los que desean para sus hijos una
crianza comprometida y amorosa. Una crianza atea.
Los chicos que crecen en casas ateas preguntan: ¿Por qué no estoy
bautizado? ¿Por qué no hice bar mitzvá? ¿Qué es dios? ¿Dónde está? ¿Qué
pasa en el momento en que nos morimos? Estas cuestiones, legítimas, esenciales, tienen
una contestación religiosa, pero también una contestación atea.
Quienes niegan en dios, quienes sienten que dios no es una contestación a
nada y desean que sus hijos adopten este punto de partida para su
relación con el planeta, están en una región popular poco
comprendida. Criar hijos sin dios es criarlos asumiendo el rol de
compromiso que la creencia en dios tiende a difuminar, ejercitando
de forma concreta ese amor que la religión enuncia de forma equívoca y
limitada. Criar hijos sin religión es enseñarles a ser dueños de sus
actos, causantes de sus opciones de vida, personajes principales de su
destino. Es asistirlos a disfrutar de la vida que contamos el día de hoy, sobre la
que tenemos la posibilidad de actuar, sobre la que tienen la posibilidad de crear valores con libertad,
yendo alén de un marco sostenido por una fe incuestionable y una
tradición que fomenta la repetición y la impostura.
Hijos sin dios está escrito desde la perspectiva de dos personas que no
creen en dios o, de forma aún mucho más clara, saben que dios no existe. Los
autores, Alejandro Rozitchner, filósofo «ateo desde siempre», y Ximena
Ianantuoni, psicóloga «atea por decisión», son marido y mujer y tienen
dos hijos.