Si bien Anderson jamás publicó las fotografías de Asturias, estas forman una sección significativa de la compilación y ofrecen un inestimable testimonio sobre la zona. La mayor parte de esas tomas las logró durante su visita entre el 31 de enero y el diez de mayo de 1925, y ciertas están fechadas en la segunda visita, del 15 al 19 de julio, antes de partir hacia Londres en el vapor Oriana el día 22 de ese mes. A pesar de residir más que nada en la localidad de Oviedo, logró incontables excursiones cortas. En el tiempo que residió en Asturias, Anderson tuvo que desplazarse a Santander (8 y 9 de febrero) para renovar su pasaporte y cuando llegó la Semana Santa (8 al 13 de abril) fue a Valladolid para fotografiar las procesiones y la custodia de la catedral. El viaje de retorno a Asturias lo aprovecha para hacer una parada en la villa cantabria de San Vicente de la Barquera (13 al 16 de abril).
Las fotografías de estos meses en Asturias nos presentan una mirada embriagadora de la vida diaria en la zona. Anderson jamás hubiese conseguido semejantes resultados si no hubiese tenido una concienzuda capacitación. La existencia de su padre durante la expedición de 1924-1925 resultó imprescindible, ya que él era fotógrafo profesional y había sido su primer profesor en el oficio. Merced a su ayuda Anderson pudo sostener todo el equipo fotográfico en perfectas condiciones.