Eduardo y su hermana Eteflelda, hijos del rey Alfredo, dirigen en este momento los sitios de Wessex, Mercia y Anglia Oriental. A su alrededor, los hombres del norte, siempre y en todo momento en movimiento, prosiguen deseando las riquezas que poseen las tierras e iglesias inglesas, y ahora preparan nuevas incursiones.
Uhtred de Bebbamburg, el más destacable de los guerreros de todos y cada uno de los reinos, mantiene controlados a sus contrincantes desde la fuertemente fortificada localidad de Chester, pero la situación parece que se complica por instantes. Los hombres del norte, socios en este momento con los irlandeses, liderados por el feroz guerrero Ragnall Ivarson, se están reuniendo en Northumbria, y su fuerza podría resultar aplastante. Más allá de que la amenaza crece día a día, Eduardo y Eteflelda se sostienen reluctantes a salir de la seguridad de sus fortalezas.
Y, pese a que nuestra hija de Uhtred está casada con el hermano de Ivarson, ¿realmente se puede confiar en ellos? En una pelea entre la familia y la lealtad, entre la ambición personal y el deber político, no hay un sendero fácil. Pero, si existe alguna salida, un hombre recto con el coraje bastante puede ser capaz de encontrarla. De este modo es Uhtred, y este puede ser su instante…