¿Tienes claros los conceptos de patrimonio y de familia? ¿Andas listo para diseñar un plan estratégico que preserve e, aun, aumente el patrimonio al mismo tiempo que cimientas las bases de una composición y que sostenga unida a tu familia a lo largo de las próximas generaciones? Si tus respuestas son no, entonces este es el libro que te va a sacar de dudas. La resolución de una estirpe de poner en común elementos y alinear objetivos vitales supone un reto que va alén de la aplicación del recetario tradicional de la gestión de inversiones. Hay que reflexionar sobre estos objetivos tanto a nivel individual como familiar, ya que de este modo se logrará alinear los elementos y la energía de la familia en una dirección acorde con las metas recurrentes. Además, la reflexión definirá de forma explícita un sistema de valores imprescindibles para la gestión del patrimonio familiar. Para esto, habrá que recurrir a la intrahistoria de cada conjunto familiar: sus antecedentes, el origen de su patrimonio, el destino o misión del mismo, los intangibles reputacionales que hay que defender, la visión particular sobre la ética, etc. Esta dimensión subjetiva y particular es, precisamente, entre las especificaciones que distinguen la gestión de patrimonios familiares frente a otras ocupaciones de gestión fiduciaria y provoca que sea un desarrollo dinámico que debe superar con cada generación para eludir la inclinación natural de la separación.