En esta obra, Levitt y Dubner prueban, a través de ejemplos y una sarcástica perspicacia, que la economía representa el estudio de los incentivos.
¿Qué resulta mucho más peligroso: una pistola o una piscina?
¿Qué tienen en común un maestro de escuela y un luchador de sumo?
¿Por qué razón siguen los traficantes de drogas viviendo con sus mamás?
¿Exactamente en qué se semejan el Ku Kux Klan a los agentes inmobiliarios?
Quizás éstas no sean las habituales preguntas que se formula un experto en economía, pero Steven D. Levitt y Stephen J. Dubner no son unos economistas muy típicos.
Hablamos de especialistas que estudian la esencia y los enigmas de la vida cotidiana y cuyas conclusiones, con frecuencia, ponen patas arriba la sabiduría convencional.
Mediante ejemplos prácticos y de una sarcástica perspicacia, Levitt y Dubner prueban que la economía, en el fondo, representa el estudio de los incentivos: el modo perfecto en que la gente obtienen lo que quieren, o necesitan, en especial en el momento en que otra gente quieren o necesitan lo mismo.