El libro «Frankenstein O El Moderno Prometeo» de Mary Shelley, publicado por Penguin Clásicos, es mucho más que una simple novela gótica. Es una obra fundacional de la literatura de terror, una exploración profunda de la ambición científica, la responsabilidad moral y las consecuencias de desafiar los límites de la naturaleza. Este clásico, que proyecta una sombra imponente sobre la literatura y el cine, sigue resonando en la actualidad, invitándonos a reflexionar sobre la naturaleza del ser humano y nuestra relación con el mundo que nos rodea. Su impacto es tan significativo que, como nos recuerda la editorial, se ha recuperado con una traducción exclusiva y está precedido de un estudio de Alberto Manguel que analiza la influencia del mito en su concepción.
La novela, publicada en 1818, representa un hito en la historia de la literatura, precediendo y, en gran medida, influyendo en géneros como el terror, la ciencia ficción y la fantasía. «Frankenstein» no solo fue una de las primeras novelas de terror moderno, sino que también abordó temas que siguen siendo relevantes hoy en día, como la ética de la investigación científica, la alienación y la búsqueda del conocimiento a cualquier precio. El impacto de esta obra se puede observar en la gran cantidad de obras que, a lo largo de los años, han tomado inspiración en ella, consolidando su posición como un texto fundamental en la cultura occidental.
La historia de «Frankenstein» comienza en una noche oscura y tormentosa de 1816, en la villa de Villa Diodati, ubicada a orillas del lago Leman. Percy B. Shelley y su esposa Mary, junto con Lord Byron y su médico, se han reunido para pasar la velada. Lord Byron, instado a animar la atmósfera, propuso que cada uno de ellos inventara una historia de fantasmas. Mary Shelley, generalmente más reservada y callada, aceptó el desafío, y así, a partir de una idea nacida de la atmósfera lúgubre y la sugestión, dio vida a la figura que quedaría grabada en la memoria de la humanidad: el doctor Victor Frankenstein.
La narrativa sigue al joven y ambicioso Victor Frankenstein, un erudito apasionado por la ciencia y la búsqueda del conocimiento. Obsesionado con la posibilidad de reanimar a los muertos, Victor se dedica a la investigación de la fisiología y la alquimia, con el objetivo de descubrir los secretos de la vida. Tras meses de intensa labor, se dedica a la construcción de una criatura de materia orgánica, un ser humanoide compuesto de piezas de cadáveres. Utilizando máquinas y experimentos, Victor logra, a través de un proceso que se asemeja a un ritual alquímico, darle vida a su creación. Al principio, la criatura se muestra como un ser hermoso e inocente, pero rápidamente, a medida que la luz del sol le causa daño, Victor se horroriza ante su propia creación y la abandona, rechazando cualquier responsabilidad por su existencia.
La criatura, a la que Victor se refiere inicialmente como «mi monstruo», desarrolla una inteligencia y una sensibilidad que la distinguen de su origen. El ser, despojado de toda información sobre su pasado y desprovisto de cualquier vínculo con la sociedad, se siente solo y abandonado, lo que lo lleva a una profunda tristeza y desesperación. La criatura, con una capacidad de aprendizaje y una gran inteligencia, comienza a observar el mundo y a estudiar a los humanos, llevándose una gran desilusión al descubrir el prejuicio, la codicia y la crueldad de la humanidad. El ser, que desea compañía y afecto, busca a Victor para solicitarle que le brinde una respuesta y que le haga comprender su existencia, pero Victor se niega a aceptar la responsabilidad de su creación.
La novela explora la relación destructiva entre Victor y su creación, profundizando en temas de responsabilidad, auto-engaño y consecuencias de la ambición desmedida. La criatura, después de sentirse rechazada y desesperada, se vuelve contra su creador, provocando una serie de eventos trágicos que culminan en la muerte de personas inocentes. La criatura, llevada por un sentimiento de venganza y desesperación, busca vengar su sufrimiento al asesinar a William, el hermano menor de Victor, y luego a Elizabeth, la prometida de éste.
La búsqueda de la criatura por parte de Victor se convierte en un juego de persecución y desesperación, alimentado por la culpa y el miedo. La confrontación entre los dos personajes se convierte en un símbolo de la lucha entre la ciencia y la moralidad, la ambición y la responsabilidad. A medida que la historia avanza, el lector se enfrenta a la pregunta fundamental: ¿es Victor responsable de los actos de su criatura, o es la propia criatura el producto de la ambición y la falta de consideración de Victor?
La novela, en su esencia, es una meditación sobre la naturaleza humana y sobre los peligros de la arrogancia. La criatura, representando la «otra mitad» de la humanidad, es un espejo que refleja la debilidad, el prejuicio y la crueldad de los seres humanos. El rechazo y el abandono que recibe de Victor lo convierten en un símbolo de la alienación y la soledad. La destrucción que causa es una consecuencia directa del rechazo y la falta de empatía de Victor. La novela nos obliga a reflexionar sobre nuestra propia capacidad para causar daño a otros, y sobre la importancia de la compasión, la empatía y la responsabilidad.
Opinión Crítica de Frankenstein O El Moderno Prometeo
«Frankenstein O El Moderno Prometeo» es, sin duda, una obra literaria fundamental, un hito que ha influenciado a generaciones de escritores y artistas. Mary Shelley logró crear una obra que es tanto aterradora como profundamente reflexiva, y que sigue siendo relevante en la actualidad. La novela se consuela por su narrativa intensa, por sus personajes complejos y por su temática universal. La creación de la criatura es un símbolo poderoso de la ambición científica y de la necesidad de considerar las consecuencias de nuestras acciones. No es meramente una historia de terror, sino una profunda indagación en la condición humana.
La escritura de Mary Shelley es elegante y evocadora, y su capacidad para crear atmósferas de suspense y misterio es absolutamente impresionante. La descripción de los paisajes de Escocia, donde se sitúa gran parte de la acción, es particularmente eficaz, y contribuye a crear un ambiente de miedo y melancolía. Sin embargo, la narrativa no es solo un mero ejercicio de terror gótico; es una profunda reflexión sobre la responsabilidad moral, el rechazo y el destino. La novela es un llamamiento a la humanidad que nos recuerda que nuestras acciones tienen consecuencias, y que debemos asumir la responsabilidad por nuestras creaciones.
En conclusión, «Frankenstein O El Moderno Prometeo» es un libro que debe leerse al menos una vez en la vida. Es un clásico que sigue siendo relevante en la actualidad, y que nos invita a reflexionar sobre nuestra propia condición humana. Recomendamos esta obra a cualquier persona que interese la literatura gótica, el terror moderno o la reflexión sobre la ética y la responsabilidad. Además, es un ejemplo excepcional de cómo una obra literaria puede tener un impacto profundo en la cultura y el pensamiento de una sociedad. Es un libro que nos dejará con preguntas y reflexiones que nos persistan a largo plazo.


