Los atascos, las discusiones, la rutina doméstica…
¿influyen sobre nuestras convicciones espirituales?
Según Marianne Williamson, la contestación es sí. Es la manera en que vivimos nuestra vida diaria lo que establece quiénes somos. Tal es así que ya seas budista, musulmán, cristiano o judío, son los instantes en que tu hija padece una decepción, tu mejor amigo destroza tus sueños o tu instinto para los negocios te impulsa a cambiar el rumbo de tu profesión, los que nos ponen a prueba y nos ayudan a forjar nuestras opiniones.
En estas páginas, la autora nos enseña cómo encontrar en cada uno de esos instantes una puerta abierta al alma, nuestro almacén privado de riquezas espirituales y de poderes místicos. Se habla, en verdad, de un grupo de consejos sencillos para dar sentido a nuestra rutina día tras día, con sus retos y rituales.
A lo largo de un día y a través de cinco meditaciones potentes e inspiradoras vamos a aprender a vivir una vida llena de felicidad: una vida sin sentimientos de responsabilidad ni prejuicios; una vida en la que nos tomamos un tiempo para saborear un silencio sagrado; una vida en la que alcanzamos nuestras misiones; una vida en la que se generan milagros cada día.
El poder espiritual que hay en nuestro interior es la clave para efectuar cambios eficaces en nosotros mismos, en nuestras vidas y en nuestro ambiente.