La historia se desarrolla en el bullicioso ambiente de una fiesta de cumpleaños. María está emocionada porque es el cumpleaños de su hermanito, Teo. La casa está llena de risas, juegos y pastel. Todo parece perfecto… hasta que, de repente, Teo, un niño pequeño y juguetón, sale de la boca un insulto. El silencio se hace presente, la magia de la fiesta se rompe y todos se sorprenden. La pregunta inmediata es: ¿de dónde ha sacado esa palabra? ¿Cómo es posible que un niño tan pequeño haya pronunciado una palabrota tan fuerte?
La trama se centra en la investigación de este incidente. Los personajes, incluyendo a María y a sus familiares, se embarcan en una búsqueda para descubrir la fuente de la palabra. A medida que exploran la situación, descubren que Teo, en su intento de parecer «grande» y divertido, ha imitado a sus padres, quienes, sin darse cuenta, utilizan un vocabulario más amplio y a veces inapropiado. La historia, gracias a la perspectiva de Elisenda Roca, ofrece una valiosa lección para los lectores más pequeños: es importante entender que las palabras que escuchamos tienen un impacto en nosotros y en los demás.
La narrativa está intrincadamente tejida con elementos de intriga y diversión, manteniendo el interés del lector desde el principio hasta el final. La forma en que se construye el misterio y la resolución, lejos de ser dramática o abrumadora, es natural y acorde con la edad del público al que está dirigida. La presencia de Teo, con su inocencia y su deseo de ser «grande», facilita la comprensión del mensaje central de la obra: los niños aprenden por imitación, y es responsabilidad de los adultos guiar ese aprendizaje. Cristina Losantos, a través de sus ilustraciones, complementa la historia con un estilo visual atractivo y expresivo, que ayuda a transmitir las emociones y los momentos clave de la trama.
El núcleo de la historia radica en la observación de Teo, un niño que, influenciado por el entorno familiar, ha accedido a un lenguaje que no comprende plenamente. La narrativa no solo presenta el incidente, sino que también explora las razones detrás de la conducta de Teo. Sabemos que, en muchos hogares, los adultos pueden utilizar un vocabulario más amplio y, a veces, más desafortunado, sin estar conscientemente conscientes del impacto que esto puede tener en sus hijos. La historia, por lo tanto, actúa como un espejo, invitando a los padres y cuidadores a reflexionar sobre sus propios patrones de lenguaje.
La resolución de la historia no implica un castigo o una reprimenda. En cambio, se centra en la transmisión de un mensaje de comprensión y guía. Los personajes principales, con paciencia y cariño, explican a Teo que no todas las palabras son aceptables y que es importante elegir las nuestras con cuidado. Enfatizan que las palabras pueden herir, ofender o magullar, y que existen alternativas más respetuosas para expresarnos. Este enfoque es crucial, ya que el objetivo principal no es simplemente prohibir el uso de ciertas palabras, sino fomentar en el niño una conciencia crítica sobre su impacto y el desarrollo de un lenguaje más adecuado.
Además, la historia introduce el concepto de modelo. Los niños aprenden observando a los adultos que les rodean, y si ven que los adultos utilizan un lenguaje inapropiado, es más probable que los imiten. Por ello, es fundamental que los adultos sean conscientes del impacto de sus propias palabras y que sirvan como modelos a seguir para sus hijos. La obra no solo informa, sino que también ofrece una herramienta para que los padres puedan iniciar un diálogo abierto con sus hijos sobre el lenguaje y la comunicación. La acción final, la creación de un juego de palabras y expresiones alternativas, refuerza esta idea de positividad y aprendizaje.
Opinión Crítica de ¡Eso No Se Dice!: Una Obra Inteligente y Accesible
«¡Eso No Se Dice!» es, sin duda, una obra inteligente y bien construida por Elisenda Roca. La autora ha logrado abordar un tema delicado y complejo de forma accesible y lúdica, convirtiéndola en una lectura ideal para los niños de temprana edad. El libro no solo ofrece una solución práctica para el problema de la imitación de palabras inapropiadas, sino que también promueve valores importantes como el respeto, la empatía y la comunicación responsable. La estructura de la historia, con su elemento de misterio y su resolución final, mantiene el interés del lector y facilita la comprensión del mensaje central.
La narrativa es sencilla pero efectiva, utilizando un lenguaje claro y adaptado a la edad del público al que está dirigida. Las ilustraciones de Cristina Losantos son, en gran medida, complementarias a la historia, añadiendo un toque de color y expresividad que la hace aún más atractiva. En particular, la habilidad de Losantos para capturar las emociones de los personajes – la sorpresa, la confusión, la alegría – es notable. El libro no es simplemente informativo, es también entretenido y estimulante, lo que lo convierte en una herramienta valiosa para los padres y educadores. Se recomienda este libro para los padres que estén buscando una forma lúdica y efectiva de iniciar una conversación con sus hijos sobre el uso del lenguaje y la importancia de ser respetuosos con los demás.
«¡Eso No Se Dice!» es una obra maestra para los más pequeños, un libro que puede ayudar a formar hábitos lingüísticos positivos desde una edad temprana. La combinación de una historia bien escrita, ilustraciones atractivas y un mensaje importante la convierten en una lectura imprescindible en cualquier hogar.


