El motivo por el cuál escribí este libro es por dar una visión a la gente de que el mundo espiritual y el terrenal van de la mano. Cuando nos encarnamos aquí en la tierra venimos con un aprendizaje a efectuar, una misión, pero en el sendero como seres terrenales que somos sufrimos, aprendemos, nos caemos y nos volvemos a levantar. Para el alma, las relaciones personales son primordiales para que sanemos nuestras deudas kármicas con las ánimas que tuvimos desavenencias, y a medida que vamos avanzando en nuestra vida, la carga de nuestro equipaje espiritual se aligera volviéndose liviano hasta conseguir nuestros propósitos. Como seres que nos encontramos en la tierra a veces perdemos la conexión con lo espiritual, con lo divino, y creemos que el mundo está en contra, solo en el momento en que logramos absorber que somos seres encarnados en un cuerpo físico viviendo nuestros problemas terrenales, aprendemos que nuestros problemas forman parte de nuestro aprendizaje y nuestra planificación de vida. En este libro en todos y cada capítulo vais a ver que habla de temas terrenales y espirituales, porqué los dos nos preocupan de la misma manera, sólo hay que conseguir un equilibrio y convivir con ello, por lo tanto, intento dar una visión de la vida que es mía propia, por las experiencias que viví y me marcaron en mi sendero, aunque admito que en este planeta cada uno de ellos tiene su prisma de la vida, y todo es respetable. Quisiera que todo lo que he escrito aquí llegue a las conciencias de la gente que lean este libro y les hagan plantearse nuevas maneras de ver el mundo y de medrar.