El puente de las indulgencias nos traslada a principios del siglo XVI, específicamente al Beato Reino, un territorio tradicionalmente fronterizo donde la guerra contra el Reino de Granada empieza a quedar atrás. Aunque el presente proporciona nuevos horizontes a sus habitantes, adversidades deparadas por el clima, la peste y las luchas de poder entre nobleza y también Iglesia marcan el devenir de la presencia de la población. Diego Narváez, un joven simple de corazón valiente, dejará atrás su insulsa y pacífica vida en su aldea una vez que el obispo de Jaén, el poderoso Alonso Suárez de la Fuente del Sauce, lo mande llamar inesperadamente para arrancar una dañina misión en la que deberá embarcarse hacia Roma para entregar un importante documento al Papa. En este viaje de conocimiento escencial y personal, que incluirá su posterior participación en la Guerra de los Comuneros al lado de las tropas reales, conocerá el amor, el honor, la amistad y la lealtad, pero asimismo perderá una parte de su inocencia y descenderá a los infiernos por los meandros de la patraña, el odio y la deshonra, todo ello con un testigo impertérrito y eterno, el puente que el obispo mandó crear sobre el río Guadalquivir.