El ojo de la gallina cuenta la historia de Gerardo, un pintor septuagenario y homosexual, afincado en La capital de españa desde joven, que hace copias en el Museo del Prado, y de Demetrio, un joven ecuatoriano recién llegado que se instala como su ayudante. La novela retrata la peripecia escencial de cada uno a través del trabajo, el cariño y el vínculo implacable con el pasado. Para Gerardo piensa su relación con el arte, la forma de asumir su homosexualidad en una época de intolerancia, y el planeta rural de su infancia que no termina de abandonarlo. Para Demetrio significa la construcción de una exclusiva vida en un planeta extraño que le deja soñar, soñar con el cariño de Dulce, una paisana a la que conoce en La capital de españa, soñar con ganarse la vida pintando como jamás había imaginado, y romper con la vida que lo atenazaba allí en su país. Un trama negra, nacida de lo mucho más sórdido de la inmigración, termina por arrastrarlos a los dos a un destino definitivo.